En 1999 la Conferencia General de la Unesco, celebrada en París, proclamó el 21 de marzo Día Mundial de la Poesía. El pasado 21 de marzo se celebró este día con un recital poético musical, a pocos metros de la Venta de los gatos, en la Glorieta de las Golondrinas, en la calle Monasterio de Veruela.
Entre otras asociaciones, Ben Baso participó en este evento en apoyo a una reivindicación ya histórica, como es la declaración como Bien de Interés Cultural de la Venta de los gatos. Nuestro presidente cerró el acto con unas palabras insistiendo en la importancia de este lugar para el patrimonio cultural y literario sevillano, y leyendo un texto de Gustavo Adolfo Bécquer que a continuación transcribimos.
Para la Asociación de Profesores para la Difusión y Protección del Patrimonio Histórico “Ben Baso” es todo un honor encontrarse hoy aquí participando en este acto del Día de la Poesía. Y para mi como presidente es además un enorme placer. Placer por un doble sentido.
En primer lugar, por lo que vuestra presencia supone de apoyo al mundo de la cultura sevillana. Ese mundo vivo que hoy se manifiesta aquí, buscando puntos de presencia y de hacerse visible en nuestra ciudad.
En segundo lugar, por lo que significa este acto de apoyo a la figura de Gustavo Adolfo Bécquer y uno de los pocos restos de la presencia física de su obra en la ciudad donde nos encontramos: la VENTA DE LOS GATOS. Desde un principio, Ben Baso ha apoyado y ha colaborado en todas las acciones para salvar y proteger este entorno. Las ciudades las hacen no solo sus grandes monumentos, sino también los edificios humildes, las tradiciones, la literatura, el arte pero, sobre todo, su gente. Por ello, debemos seguir exigiendo, especialmente a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, su declaración como Bien de Interés Cultural y la puesta al servicio de la ciudad de Sevilla de este entorno tan becqueriano y tan singular.
Bécquer, al que todos conocemos como poeta y escritor, era también un claro defensor del patrimonio cultural, y por ello me gustaría acabar mis palabras con un texto breve de él. Se trata de parte de la Introducción al Tomo Primero de la “Historia de los Templos de España”, publicado en Madrid en 1857, donde se recogen sus opiniones sobre las obras artísticas y su admiración por aquellos que las erigieron:
“La tradición … es el eje de diamante sobre que gira nuestro pasado. Estudiar el templo, manifestación visible de la primera, para hacer en un solo libro la síntesis del segundo: hé aquí nuestro propósito.
Para conseguirlo, evocaremos de las olvidadas tumbas en que duermen al pié del santuario á esos Titanes del arte que lo erigieron.De sus labios sabremos qué misteriosas transformaciones llevaron al gérmen de la ojiva contenido en el semicírculo á concluir en su desarrollo en el arco con-opial; en qué visión terrible contemplaron ese mundo silencioso y quimérico que esculpían bajo el follage de piedra de las arcadas; en donde, en fin, está la clave invisible de esas robustas bóvedas, el firme cimiento de esas agustas aéreas con que coronaron sus edificios.Seguiremos en su marcha al pintor, desde que comienza iluminando con groseras imágenes los antiguos códices, hasta que después de cerrar con vidrios de colores brillantes las prolongadas ojivas, dice su última palabra cubriendo el tabernáculo de magníficas telas y los muros de frescos sorprendentes.
Registraremos los archivos, y al consultar los gloriosos anales de nuestra historia, nos remontaremos de fecha en fecha, hasta descubrir las fuentes de la filosofía y del saber en el silencio de los claustros….»
Muchas gracias y buenas noches
José Manuel Baena Gallé